Las consecuencias de la DANA se extienden como una mancha de aceite silenciosa que va más allá de las fronteras valencianas. Tras más de diez días, los primeros diagnósticos son catastróficos en el campo de las comunicaciones e incalculables en cuanto a la dimensión económica y social. En un inicial análisis, el transporte se ha convertido en el peor parado en la provincia de Alicante. Las comunicaciones en el eje mediterráneo han quedado gravemente dañadas y, en consecuencia, el transporte es el primer sector que ha tenido que reordenarse.
La decisión de la DGT de prohibir los tráficos de tránsito por la zona, obliga a que toda la carga procedente de la provincia alicantina con destino a Cataluña y Europa deba desviarse por otras rutas, lo que supone alrededor de 300 kilómetros más por trayecto, si se utilizan vías secundarias -que no está aconsejado-, o alrededor de 500 kilómetros si se llega hasta las inmediaciones de Madrid.
El presidente de la Federación de Provincial de Transportes (Fetrama), Juan José Hernández, explica que hay clientes «que lo necesitan y aceptan el coste, sobre todo si se trata de mercancías perecederas, pero en otros casos se está optando por esperar a ver cómo se asienta la situación». La mayoría de las exportaciones alicantinas se dirigen a los mercados europeos y la práctica totalidad de estos viajes hacia el continente se realizan por carretera.
Aún peor lo tienen aquellos transportistas que se dirigen a alguna empresa o centro logístico del área metropolitana de Valencia o a su puerto. Para empezar, porque la DGT ha prohibido la circulación diurna de los camiones que no transporten mercancías esenciales. Por otra parte, la terminal valenciana es puerto de salida para las exportaciones de calzado, juguete y turrón. El primero se ha visto afectado en el periodo de envíos de reposición de las colecciones. Desde la patronal del sector se confía en que, en enero, esté solucionado que es cuando se manda la temporada de verano a los mercados europeos. Los otros dos, por el momento, han podido salvar las campañas claves de este año.
En cuanto al transporte de pasajeros, la línea ferroviaria entre Alicante y Valencia está cortada y desde Adif no han dado fecha aún. La conexión aérea que opera Vueling ha confirmado que mantendrá sus actuales frecuencias. Por carretera, Alsa mantiene las conexiones, aunque algunos trayectos se ven afectados por retenciones en la entrada a la capital del Túria.
La afección para la industria cerámica de Castellón
En Castellón, las inundaciones de Valencia también están afectando a decenas de empresas. Uno de los sectores más damnificados por los gravísimos daños que la riada ha causado en las carreteras y otras infraestructuras es el azulejo, el gran motor de la economía de la provincia. Las fábricas de pavimentos y revestimientos exportan cerca del 90% de su producción a través del puerto de Valencia y, tanto la saturación del bay-pass como los cortes en la V-30, están ralentizando el transporte de la mercancía en camión desde las factorías de Vila-real, Onda o l’Alcora hasta PortValencia. Varias compañías del sector estiman en hasta un 40% el parón en las exportaciones.
Carmelo Martínez, presidente de la Asociación Empresarial Castellonense del Transporte (ACTM), describe que lo que antes costaba tres horas ahora cuesta seis: «Si lo normal para un camión es hacer dos transportes de azulejos al día al puerto de Valencia, con las condiciones actuales solo puede hacerse uno». Y con los viajes a Madrid o Alicante ocurre exactamente lo mismo. «Para viajar desde Castellón a la provincia de Alicante tienes que ir por Teruel, lo que implica hacer un 70% más de kilómetros o, si vas por Valencia, solo puedes hacerlo entre las 22 y las 7 horas», apunta.
A Luis Martí, presidente de la Confederación Empresarial de la Comunidad Valenciana (CEV) en Castellón las consecuencias de los daños en las infraestructuras también le preocupan. «Las infraestructuras están siendo un quebradero de cabeza para todos, pero esperemos que se vaya solucionando poco a poco», afirma.
Además del azulejo y el transporte, otra actividad que se ha visto afectada por la DANA que ha arrasado Valencia es el turismo. A las cancelaciones en masa del pasado puente de Todos los Santos, se unen ahora las peticiones de cambios de fecha o incluso anulaciones de reservas del programa del Bono Viaje. «Muchísimos de nuestros clientes son de la provincia de Valencia y, en concreto, de las zonas más afectadas por la riada. En los últimos días estamos recibiendo correos electrónicos de huéspedes que nos piden suprimir la reserva porque se han quedado sin coches», explica Joaquín Deusdad, propietario de El Faixero de Cinctorres, en la comarca de Els Ports, y presidente de Temps, la asociación de alojamientos del interior de la Comunidad.
Aunque nada, absolutamente nada, es comparable con el daño que la DANA ha causado en la comarca valenciana de l’Horta Sud, las intensas precipitaciones que han caído en Castellón también han provocado daños en algunas infraestructuras. La Diputación, por ejemplo, ha elevado a 1,3 millones de euros el presupuesto para paliar los desperfectos del temporal en los caminos rurales.
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